Las mascarillas son el principal elemento para protegernos frente al COVID-19. Su uso ya es obligatorio en todos los espacios públicos del país. Sin embargo, su utilización puede derivar en problemas de la piel: dermatitis, rozaduras, etc., lo que se conoce como mascné.
En el post de esta semana te contamos qué tipos de mascarillas existen, cómo te la debes colocar y qué puedes hacer para prevenir el mascné. ¡No te lo pierdas!
Tipos de mascarillas
Existen principalmente tres tipos de mascarillas en el mercado: las higiénicas, las quirúrgicas y las filtrantes. Si se utilizan de manera correcta las tres nos protegerán frente al coronavirus, aunque su capacidad protectora varía de una a otra:
- Quirúrgicas: según el Ministerio de Sanidad, las personas sintomáticas o asintomáticas positivas deben elegir con prioridad este tipo de mascarillas, aunque también las pueden utilizar la población en general. Estas mascarillas están diseñadas para filtrar el aire exhalado. Su misión es proteger a quienes están a tu alrededor, es decir, protegen no a quien las lleva, sino al resto de la ciudadanía, evitando así la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar. Deben tener un mecanismo que permita ceñirla estrechamente sobre nariz, boca y barbilla.
- Higiénicas: este tipo de mascarillas están recomendadas preferentemente para personas sanas. Cubren boca, nariz y barbilla, y están provistas de un arnés que rodea la cabeza o se sujeta en las orejas. Suelen estar compuestas por una o varias capas de material textil y pueden ser reutilizables o de un solo uso. Con funcionalidad similar a las anteriores, pueden adquirirse en establecimientos comerciales, desde supermercados hasta tiendas de moda. Las hay de dos tipos: Las que son de un solo uso y tienen un aspecto muy similar a las quirúrgicas y las de las tiendas de moda que tienen un toque de diseño y que se dividen, a su vez, en dos categorías: las más adecuadas cuentan con dos capas de material textil que van cosidas, con el propósito de poder introducir en medio de ellas un filtro de celulosa, higiénico o quirúrgico. En ambos casos, el fabricante debe especificar si son reutilizables (con el indicativo R o NR), y cuántas veces pueden lavarse antes de desecharlas.
- Filtrantes: este tipo de mascarillas son Equipos de Protección Individual (EPI) y se recomiendan fundamentalmente para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario. También pueden estar recomendadas para grupos vulnerables por indicación médica, ya que las mascarillas filtrantes protegen tanto al usuario como a las personas que están a su alrededor. Estas mascarillas tienen como finalidad filtrar el aire inhalado, evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo. Según su eficacia de filtración pueden ser de tres tipos: FFP1, FFP2, y FFP3, aunque para la protección contra el COVID-19 se recomienda el uso de mascarillas FFP2.
- No obstante, en algunas comunidades autónomas, como en Galicia, se ha prohibido a la población el uso de mascarillas FFP2 o FFP3 con válvula exhalatoria por tratarse de mascarillas “insolidarias”, al actuar como barrera frente al virus para la persona que las lleva puestas, pero no para los demás.
La vida máxima de todas las mascarillas, excepto las filtrantes, suele estimarse en cuatro horas. Tras este periodo nos debemos deshacerse de ellas. El procedimiento recomendado es introducirlas en una bolsita, preferiblemente de papel, y arrojar a la bolsa de la basura.
¿Cómo se coloca una mascarilla?
Las mascarillas deben cubrir siempre desde la parte media del tabique nasal hasta el mentón, es decir, tapar la boca, nariz y barbilla.
Los pasos que hay que seguir antes y después para colocarse bien la mascarilla son los siguientes:
- Lavarse las manos con agua y jabón durante 40-60 segundos o frotarlas con una solución hidroalcohólica antes de manipular la mascarilla.
- Identificar la parte superior de la mascarilla.
- Posicionar la mascarilla en la cara, a la altura de la nariz. Si se dispone de pinza nasal, ajustarla a la nariz.
- Sostener la mascarilla desde el exterior y sujetar el arnés de cabeza detrás de la misma o a ambos lados de las orejas.
- Bajar la parte inferior de la mascarilla a la barbilla.
- Verificar que la mascarilla cubre la barbilla.
- Pellizcar la pinza nasal con ambas manos para ajustarla a la nariz.
- Verificar que la mascarilla está colocada correctamente. Para esto es necesario verificar el sellado y la ausencia de las molestias respiratorias.
- Una vez ajustada, no tocar la mascarilla con las manos. Si el usuario necesita tocar la mascarilla, debe previamente lavarse las manos con agua y jabón o frotarlas con una solución hidroalcohólica.
¿Qué es el mascné?
Con la obligatoriedad de mascarillas y las altas temperaturas del verano, están aumentando los los problemas de la piel. A esta afección se la ha denominado mascné, término surgido de la contracción de mascarilla + acné, el cual hace referencia a la alteración de la piel en forma de granitos o rozadoras, debido al uso prolongado de las mascarillas.
Al llevar el rostro cubierto con una mascarilla, la humedad, el vapor y la secreción de la saliva se acumulan en la zona de la boca y la nariz, bloqueando el conducto de salida de la secreción sebácea. La presión y la falta de oxigenación provocan que se taponen los poros, lo que facilita la aparición de comedones, pequeños granos, piel seca e incluso hasta brotes de dermatitis o rosácea.
Para evitar lesiones en la piel en estas áreas es clave mantener una buena hidratación.
Cómo prevenir el mascné
Si no quieres que tu piel se vea afectada por la mascarilla, echa un vistazo a los siguientes consejos para prevenir el mascné:
- Limpia bien tu rostro, antes y después de utilizar la mascarilla, con un jabón suave.
- Aplícate crema hidratante 30 minutos antes de ponerte la mascarilla. Además, en las zonas de tu rostro donde más roces sufras, puedes ponerte vaselina para que haga de efecto barrera sobre la piel.
- Tras retirar la mascarilla, si aparece irritación o se han producido eccemas por la presión de esta, es conveniente la utilización de cremas antiinflamatorias por la noche.
- Si te maquillas, opta por cremas hidratantes con color o BB Creams para evitar que se obstruyan los poros de tu rostro.
- Por último, no te olvides de aplicarte protector solar antes de salir, ya que los rayos ultravioletas penetran igualmente a través de las mascarillas.
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