La flacidez de la piel es un fenómeno inevitable en el proceso de envejecimiento. Cuando las personas pasan de los 25 años, la síntesis de colágeno en la piel gradualmente no puede seguir el ritmo de su pérdida. Junto con los efectos de la contaminación ambiental y el uso inadecuado de cosméticos, el contenido de colágeno en la capa de la dermis disminuye día a día, lo que conduce a la flacidez de la piel del rostro.
El colágeno es como el pegamento universal de la piel, que mantiene su firmeza y elasticidad. Pero a medida que envejecemos, la pérdida de colágeno supera la reposición y, como una banda elástica que pierde su elasticidad, la piel comienza a caerse y las líneas finas y los poros aparecen gradualmente como grietas en el suelo.
Además, los ligamentos y la capa SMAS (Sistema Músculoaponeurótico Superficial) de la cara también comienzan a deteriorarse con el tiempo. Estas estructuras fibrosas, que antes eran fuertes, sostenían nuestros contornos faciales como guardaespaldas. Sin embargo, con el paso del tiempo, pierden su fuerza original, lo que hace que los tejidos faciales se descolgaran y que las mejillas y la mandíbula parezcan más anchas.
Además, los huesos faciales también cambian con la edad. Como estructura de soporte de la cara, los huesos gradualmente van haciendo que la piel del rostro se descolga.
Causas
Síntomas
Las zonas de piel flácida pueden comenzar a aparecer en el rostro y el cuerpo, y se manifiestan como piel ligeramente flácida y suelta. Las zonas más comunes son la línea de la mandíbula, el cuello, los omóplatos, los muslos, los glúteos y el abdomen.
Lunes a Viernes
10:00 a 20:00
Sábado
10:00 a 18:30
Lunes a Sábado
10:30 a 19:00 h.